trabajo de parto.
Feliciano Rodríguez, había adoptado como costumbre parirse.
Cuando la monotonía lo agobiaba decidía concebirse en él mismo y empezaba de nuevo, con la espléndida primera luz de recién nacido, que ya nadie recuerda, luego a caminar, a hablar, a comer, a mentir, a enamorarse, a hacerse personalmente persona.
Un día Feliciano entre parto y parto conoce a Eduviges, sabiéndose feliz le propone casamiento.
Eduviges le propuso que si de verdad quería casarse con ella, le tendría que confiar su secreto de auto parto.
Feliciano, le enseño hasta la última maña para renacer con todo el decoro del mundo. Eduviges, no siendo poco su aprendizaje, le pidió a Feliciano que la asistiera en su propio parto y le propuso que la esperara hasta ser una joven hermosa para contraer nupcias. Feliciano con el mayor amor de todas sus vidas vividas, una detrás de otra, acepta y promete que hasta que no se casen el no se nacería.
Cuando estuvo todo listo ella se dio a luz toda de rosa a los brazos de Feliciano.
Eduviges tuvo sus primeras fotos desnuda en el fuentón de lavado, su primer triciclo, su primer día de escuela, su primer corpiño.
Un buen día siendo una señorita en edad de merecer, Feliciano, entrado en años, llega a su casa y le recuerda su promesa.
Dos días después, Eduviges huyó con un compañero de secundario.
Se dice que ella es de casarse con hombres muy mayores y adinerados y es de parirse cuando ellos mueren.
Y que Don Rodríguez murió de viejo.