Cartelito en la puerta de la casa del cronopio:

El individuo autodenominado cronopio, integrante de esta maravillosa comunidad, padece de una aguda anemia de ideas también llamada sobredosisdebailandoporunsueño. Se piden desesperados auxilios para salvar su casa de la muerte por aburrimiento.
Y así al mejor estilo de María de las marías, se convoca a la población a la generación de monstruos.
A los pitulines en esta oportunidad se le pedirán fotos y a las cachuletas textos.
Los monstruos serán severamente estudiados por el honorable jurado integrado por: Evaristo (o lo que queda de sus dientes), Manuel (que lee a cuatro manos) y uno de los gemelos (el de dos corazones obviamente), por desgracia a Amanda no estará presente ya que carece de poder de critica.
El feliz ganador será premiado con una bolsa de caramelos billiken.


Envíe su monstruito a seafeliz@gmail.com


Desde ya muchas gracias.


Sean felices.

Centro de Informes de la Vecindad Bloggereana.


(expandir la invitación)

"La" sobremesa

Evaristo se disponía a comer el postre, era su preferido, frutillas con crema. Comenzó la sobremesa con paciencia, tomaba una frutilla la untaba en crema y se la comía, una detrás de otra. Miraba como se le acababan las deliciosas frutas cuando de pronto una ansiedad le crecía adentro y consumía con más ganas.
Con cada fruto su ansia engordaba.
Evaristo ve llegar a la última frutilla y exasperado engulló la crema. Sin crema pero más desesperado se alimento con el plato, el vaso, los cubiertos y el mantel todo untado en mayonesa. La desesperación crecía mientras mas comía y se devoro la mesa y la silla con un toque de sal a su gusto. Evaristo devoró así todo lo que se podía comer y no.
Alteradísimo viendo que no había que masticar, comienza a comerse las uñas, continua por sus manos, sus codos, sus piernas y todo su cuerpo.
A Evaristo le quedaron los dientitos en el aire como botones.
Que cayeron la piso y quedaron muy lejos como para comerse entre si.